Una reserva ecológica ubicada al final de la península de Hicacos permite ver la naturaleza tal como era antes de la llegada del boom turístico a Varadero.
CORRESPONSAL EN CUBA
Varahicacos se considera como el último reducto de la vegetación original del occidente cubano y en donde abunda la planta de hicaco, muy apreciada por el sabor de su fruto y característica de la zona, a la cual debe su nombre la península. Este sitio tiene un alto nivel de conservación tanto en su valor natural como histórico y arqueológico.
Es un excelente lugar para el avistamiento de aves, tanto acuáticas como terrestres, migratorias o endémicas, y cuenta con especies autóctonas de plantas de gran interés, como un cactus centenario que se cree que posee más de 500 años de antigüedad, el cual ha sido bautizado como El Patriarca.
Dentro del perímetro de la reserva se encuentra la Cueva de Ambrosio, la cual presenta un sendero que conduce al salón de los Claraboyas, que tiene como característica la presencia de 10 agujeros en el techo por donde penetra la luz solar, confiriéndole a la cueva un clima absolutamente seco, que la diferencian del resto de los sitios de interés arqueológico de Cuba.