Rincón Aiquileño es el único restaurante que prepara el Uchuku Aiquileño durante todo el año.
CORRESPONSAL EN BOLIVIA
Son las 11 de la mañana, las puertas están abiertas; al interior, una decena de pinturas de acuarela llaman la atención de quienes ingresan: a la izquierda, en la pared, la réplica de “La Escuela de Atenas” del artista Rafael Sanzio de tres por cuatro metros, a la derecha, del mismo tamaño, la réplica de “Cazadores de aves” del pintor francés Francois Boucher.
Esta cocina es la única en Cochabamba que prepara el Uchuku Aiquileño durante todo el año y no solo en fechas festivas como se suele hacer. El Uchuku es un plato tradicional de la cocina aiquileña (municipio de Cochabamba, Bolivia) elaborado con tres carnes: lengua de res, pato y pollo, ají colorado y pan molido. Se sirve acompañado de arroz decorado con huevo, chuño y relleno de papa con queso. Este suculento plato contiene una fritura de flores, las flores de árboles ceibo (chillijchi) que abrazan a la ciudad y que los bolivianos incorporan en sus comidas de antaño.
En el municipio de Sacaba -ubicado a 13 kilómetros al este de Cochabamba- un chillijchi que está en la hacienda Villarroel próxima al Parque de las Memorias fue reconocido el 2018 como el árbol más antiguo, con 200 años encima. Las flores de este árbol nativo forman parte de platos tradicionales, propios de la identidad culinaria Cochala, entre ellas el Uchuku, el saice de chillijchi y los rebozados.
En este restaurante local, la comida y el arte se encuentran. Rincón Aiquileño abrió sus puertas hace 20 años comenzando con nueve platillos. Ahora, más de cien comensales llegan hasta aquí desde diferentes partes de la ciudad para comer y contemplar.