Ícono de la gastronomía mexicana, el atole es una bebida nutritiva derivada del maíz, que se acostumbra en distintas regiones del país, especialmente durante la temporada de frío.
CORRESPONSAL EN MÉXICO
Los desayunos y cenas de muchos puntos de México no pueden comprenderse sin sus atoles. Esta bebida, que tiene antecedentes prehispánicos, existe gracias a distintos maíces criollos y tiene distintas expresiones dependiendo del estado de la república donde se elabore.
¿Cómo se hace el atole?
La forma más tradicional de preparar atole es mediante el uso de masa de maíz nixtamalizado. Ésta, que puede hacerse con ejemplares de distintas razas y colores de maíz –lo mismo puede ser blanco, que amarillo, morado, negro o rojo–, se disuelve en agua, se endulza y se calienta.
Algo característico de los atoles es su textura: debido a la alta concentración de almidón que existe en las mazorcas, la bebida es espesa.
Súper alimento
Aunque de forma técnica el atole es una bebida, muchos lo consideran un alimento consistente. No sólo es nutritivo, sino también saciante.
No hay registro del número diferente de atoles que existen en México, debido a que cada región los hace diferentes, dependiendo de sus tradiciones y de la disponibilidad de insumos que haya en la zona.
Hay quienes los hacen blancos, con leche y frutas como fresa, mandarina o piña. Existe un atole muy famoso de México, especialmente del sur del país, llamado champurrado: éste se hace con base de agua o leche, y lleva chocolate disuelto.