La colada morada y la guagua de pan son algunos de los ejemplos de una cultura culinaria que proviene de miles de años.
CORRESPONSAL EN ECUADOR
Se dice que la colada nació en la época prehispánica, hace 5000 años. Pero hay historiadores que consideran que esta tradición inició en ritos de celebración fúnebre indígena hace 10.000 años.
De pronto se percibe un olor frutal, dulce y con un toque herbal. Al acercarse a una taza y tomarla, resulta tibia al tacto. En ese momento, es posible probar una fresa, una piña e incluso una mora. Pero inmediatamente surge la pregunta: ¿Qué es esto de tono morado?
La respuesta: Es colada morada, una bebida espesa que se prepara con harina de maíz morado, frutas, especias y hierbas; en total se pueden incluir hasta 25 ingredientes.
Pero la colada no acostumbra a estar sola, pues su fiel acompañante es la famosa guagua de pan, que consiste en un pan grande (usualmente de trigo) que es moldeado con la forma de un niño pequeño y decorado con pasta de azúcar. La guagua suele ir rellena de chocolate, manjar de leche o mermelada de diferentes sabores.
A este plato típico es común encontrarlo desde octubre, sin embargo, a partir de noviembre es cuando no puede faltar en los hogares de los ecuatorianos. El Día de los Difuntos es el motivo por el que se saborean estos alimentos, ya que, según la historia, la colada tiene un color representativo de la muerte. Mientras que las guaguas hacen alusión al ser querido que falleció. Se podría decir que es una especie de tributo hacia el difunto.
Y tal como dice el refrán, “sobre gustos y colores no discuten los doctores”. Así que al final del día cada persona puede escoger con qué acompañar a la colada morada y si es que a esta se la toma caliente, tibia o fría.