Con una pequeña aparición de productos provenientes de América, la gastronomía española ha sabido enamorar a propios y extraños, al punto de formar parte de la vida cotidiana de muchos extranjeros.
Los sabios del arte culinario coinciden en que la gastronomía española se encuentra entre las mejores del mundo. Quizás por haberse convertido en el punto de encuentro de una innumerable cantidad de ingredientes provenientes de diversas culturas (fenicios, griegos y romanos, entre otros) o tal vez por la gran variedad de los productos utilizados, que van desde los mariscos hasta las hierbas de todo tipo.
Por otra parte, la oleada de inmigrantes españoles que llegaron a América entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX trajeron consigo una serie de tradiciones gastronómicas que al día de hoy continúan siendo moneda corriente en los menús de las familias argentinas.
Es por eso que al momento de visitar España, de la misma forma que el idioma no representa un obstáculo para relacionarse con el entorno, sentarse a comer en las adyacencias de la Plaza Mayor puede ser una oportunidad para degustar sabores de la cultura local o bien probar las versiones originales de los clásicos argentinos.
Cocido Madrileño
Si bien es un plato que puede degustarse en cualquier momento del año, la época invernal lo convierte en una ocasión especial. Además, suele considerarse un alimento propio de las festividades, debido a que al ser servido en grandes cantidades puede abastecer a un grupo numeroso de personas. El cocido madrileño se sirve en tres vuelcos, es decir, tres raciones que se presentan en la mesa en un orden establecido: primero, la sopa con fideos finos; luego, los garbanzos, las papas y las verduras; y por último, las carnes. En esta instancia final hay quienes añaden costillas de cerdo, pollo o aves, por lo que las combinaciones son casi infinitas.
Salmorejo
Su popularidad se debe a que es ideal para épocas veraniegas, ya que se trata de un plato refrescante, sano y con múltiples recetas. Surgido en la ciudad española de Córdoba, consiste en una crema espesa que se toma fría, particularmente en primavera y verano.La forma tradicional se elabora con cinco ingredientes: tomates, pan de telera, aceite de oliva, ajo y sal. Su elaboración es de lo más sencilla: triturando todos los ingredientes y dejándolos reposar sobre el pan se puede obtener un salmorejo en sólo 15 minutos.
Paella
Se trata de un plato que si bien remite a la gastronomía española, tiene una gran cantidad de variantes dependiendo de cada lugar del territorio. Es por eso que emprender un viaje por el país ibérico representa una buena excusa para conocer cada una de ellas.
La receta original de la paella y por consecuencia la más conocida es la valenciana, la cual se prepara con un sofrito de tomate, pimiento, cebolla y ajo. En este plato basado en el arroz seco y al que se rinde culto alrededor del mundo, el conejo es la carne estrella que se le echa a este alimento español.
Papas bravas
De más está aclarar que la papa es el denominador común de la gastronomía española, pero las bravas se han constituido como una de las tapas más tradicionales que pueden encontrarse en los restaurantes locales.
Nacidas en Madrid durante la década del 60, contaban en sus inicios con una receta estructuradamente establecida: papas fritas cortadas en forma de cubos acompañadas de una salsa. Sin embargo, con el correr de los años cada restaurante y casa particular fue creando nuevas maneras de elaborarlas.
Croquetas
Ni locales ni turistas pueden resistirse a uno de los máximos manjares de la gastronomía española, que además de haberse convertido en protagonista de las barras de tapas, presenta nuevos y sorprendentes sabores. Considerada como parte de la “cocina de aprovechamiento”, en sus inicios solía elaborarse a partir de los restos de platos de días anteriores.
El objetivo de este plato basado en papa y queso es obtener el perfecto equilibrio entre cremosidad, consistencia, un buen rebozado y la correcta fritura. Y si hay alguna forma de volverlas aun más españolas, es elaborarla con trozos de jamón ibérico o serrano.
Pulpo a la gallega
El consumo de pulpo en tradicional en toda España, aunque se cocine de formas diferentes en cada uno de sus rincones. Sin embargo, seguramente la versión típica del país europeo sea el pulpoa la gallega. Es que Galicia se caracteriza por tener a este tipo de molusco como un referente dentro de su cocina tradicional, es por eso que son famosas las pulperías y las ferias gastronómicas dedicadas a este plato.
El pulpo a feira (como se conoce a esta preparación) debe su nombre a que era tradicional en las ferias de ganado a las que solían acudir los arrieros. En ellas se comía lo que más se tenía a mano: el pulpo rehidratado y cocido, aliñado con aceite y pimentón.
Fabada Asturiana
Es uno de los platos más representativos de la cocina asturiana y se elabora con faba, embutidos como chorizo y morcilla, y con cerdo. Se presenta como una preparación ideal para las épocas más frías del año. Incluso, se lo considera un plato invernal por excelencia debido a su volumen alto en calorías y grasa.
La fabada ya no es una comida típica de Asturias, ya que se disfruta en todos los rincones de España y es consumida por todas las clases sociales, aunque originalmente era un plato humilde. Asimismo, dependiendo de la zona, puede incluir algunos cambios. Hay quienes le agregan papa o cebolla con clavo.
Tortilla de papas
Un ícono de la gastronomía española que ha sabido viajar a través del Océano Atlántico para ubicarse entre los platos preferidos por los argentinos, quizás porque surge como resultado de la fusión culinaria entre ambos continentes. El origen de esta ecuación perfecta de huevo, papas, aceite y cebolla tiene varias versiones, pero todas ellas se remontan a la necesidad de elaborar un alimento nutritivo y barato para abastecer a una población sumida en una grave hambruna.
Con el correr del tiempo, este plato ha sabido adquirir múltiples variantes: algunos le agregan chorizo (una elaboración de lo más representativa de España), otros la hacen rellena con jamón y queso e incluso existe la versión vegana, a la que no se le pone huevo.