Alrededor del mundo, son muchos los balnearios que le escapan a la imagen convencional del mar, la arena y el sol. Extraños colores y formaciones prevalecen en este recuento de playas exóticas.
Al definir las prioriodades al momento de planificar las vacaciones, probablemente la playa le saque algunos puntos de ventaja a otros atractivos turísticos. El mar azul y las arenas blancas conforman un paisaje ideal y deseado por aquellos que esperan el receso veraniego para relajarse bajo el sol.
Sin embargo, ese panorama tan relacionado con el concepto de playa no es necesariamente el que uno puede encontrar al viajar a una ciudad ubicada a orillas del mar. Es que en algunos destinos, las circunstancias naturales de cada región han determinado que las costas tomaran características por demás particulares.
Playa escondida
La naturaleza volcánica del archipiélago de las Islas Marietas, ubicado en las cosas de Bahía de Banderas, en Nayarit, ha formado un relieve de lo más variado en todo el paisaje: se puede observar cuevas, pasadizos subacuáticos y aberturas en el terreno.
Uno de los huecos que decoran la superficie de la Isla Redonda conforma uno de los lugares más emblemáticos del lugar, ya que debajo del mismo se encuentra Playa Escondida, a la que sólo se puede acceder a través de un túnel. Además, únicamente puede ingresar un número máximo de 116 visitantes diarios, para conservar el área.
Acerca del origen de este orificio, existen distintas teorías. La geológica explica que, con el paso del tiempo, tanto el agua como el aire erosionaron la roca y provocaron esta particular formación. Sin embargo, otra hipótesis argumenta que la abertura fue provocada por un avión de guerra durante la actividad militar. En la actualidad, las Islas Marietas están catalogadas como Parque Nacional, Área Natural Protegida, sitio RAMSAR y Reserva de la Biosfera UNESCO, con el objetivo de preservar a las 50 especies que alberga.
Glass Beach
Desde 1906, la playa ubicada en el Parque estatal MacKerricher en California se usó como basurero, ya que los residentes de Fort Bragg la utilizaban para arrojar sus desechos en los acantilados de Union Lumber Company. Pero en 1967, las autoridades decidieron rehabilitarla: sacaron toda la basura, salvo los restos de cristal y cerámica, que luego el mar se encargó de pulir.
Hace 20 años, el dueño de esta playa revestida por millones de trozos de vidrio tomó la decisión de que el lugar sea público y, actualmente, más de mil turistas lo visitan diariamente, aunque tienen prohibido llevarse los cristales.
Si bien no es una playa que se caracterice por ser paradisíaca, la particularidad del suelo hizo de ella un destino muy buscado por los curiosos que la convirtieron en un éxito en las redes sociales.
Pink Sand Beach
En una pequeña isla llamada Harbour Island, localizada en el este de las Bahamas, se puede encontrar una de las playas más curiosas del Caribe, que cuenta con cinco kilómetros de arenas rosadas a lo largo de toda la costa.
La superficie está compuesta por una mezcla de conchas rotas, trozos de coral, pedazos de rocas rotas y carbonato cálcico proveniente de especies marinas. Son estos animales, denominados foraminíferos, los que, con su color rojizo, aportan esa particular tonalidad a la arena.
Por sus aguas tranquilas y poco profundas, la zona es ideal para hacer natación y, en especial, un tipo de buceo único en el mundo, conocido como “de deriva rápido”, que consiste en aprovechar las corrientes de agua que se desplazan entre Harbour y la isla Eleuthera para recorrer casi cuatro kilómetros en 10 minutos.
Vaadhoo
En el atolón Raa se encuentra la famosa playa brillante de las islas Maldivas. Este mar de estrellas se produce por un fenómeno natural conocido científicamente como bioluminiscencia, un proceso causado por una reacción química natural que se da cuando, al bajar la marea, el plancton se acumula en la orilla y entra en contacto con el oxígeno del aire.
De esta forma, se produce un particular efecto de luces azules en la orilla de la playa, en la rompiente e incluso en las huellas de los visitantes en la arena, el cual se puede apreciar en mayor medida durante la noche en épocas de altas temperaturas. Además, la mejor manera de experimentar este fenómeno es en una excursión de buceo nocturno.
La Vaadhoo, al igual que gran parte del territorio que compone el atolón Raa, se encuentra totalmente deshabitada, lo cual la convierte en un destino interesante por la tranquilidad que inspira. La mejor manera de llegar a la isla es por medio de una lancha motora o en hidroavión, debido a que regalan una vista de las aguas cristalinas que complementa una vivencia única en el viaje a Maldivas.
Benagil
Ubicado en el Algarve, en la costa portuguesa, este lugar comprende un atrayente destino turístico. Se trata de una cueva que alberga una playa de agua cristalina y arena clara, y que se ha hecho famosa por su forma particular: es circular en su interior y posee sobre ella una abertura que deja ver el cielo.
Otra peculiaridad de esta cueva es que la única manera que tienen los turistas de llegar a ella es a través del mar o, lo que consiste en una forma un tanto más extrema, saltando desde el hoyo de la cúpula. El potencial turístico de la playa Benagil convoca a viajeros de todo el mundo, atraídos por esta maravilla de la arquitectura natural que no se puede dejar pasar al momento de planear un viaje al Algarve.
La mejor época para visitar esta playa, se considera, es durante la primavera y el otoño, debido a que la cantidad de gente no será tan abrumadora como en julio y agosto y se podrá optar entre una mayor gama de recorridos.
Punaluu Black Sand Beach
Hawái es un destino claramente identificado con las playas paradisíacas y es por eso que convoca a viajeros de todo el mundo. Entre sus más atrayentes joyas turísticas se encuentra Punaluu, un balneario que se destaca por su arena negra y su costa rocosa. El color de la superficie se debe al basalto pulverizado, producto de las erupciones del volcán Mauna Loa.
Las aguas de esta playa suelen ser frías, por lo que se recomienda viajar en verano, cuando la temperatura del mar es más agradable y se presta para la práctica de snorkel. Además, sobre la arena caliente, producto del reflejo de la luz solar, es muy común ver tortugas que se desplazan por la costa. Los amantes de la fotografía pueden encontrar en este lugar un paisaje ideal para llevarse coloridos recuerdos, debido a que el escenario verde de las palmeras que rodean el balneario contrasta con el suelo negro y el mar azul.
Por otro lado, aunque sea el elemento más llamativo, está prohibido llevarse la arena porque forma parte indispensable del ecosistema. El Departamento de Tierras y Recursos Naturales advierte que las multas por la recolección ilegal puede superar los 100.000 dólares.
La Calzada de los Gigantes
Este lugar representa uno de los más carismáticos y singulares de Irlanda del Norte, no solo por la historia que encierra, sino también por lo particular de esta joya del patrimonio natural de la isla: cuenta con unas 40.000 columnas de basalto formadas por el enfriamiento de la lava en un cráter que se produjo hace más de 60 millones de años.
La Calzada de los Gigantes es uno de los lugares más concurridos del país. Es por ese motivo que tiene una estructura turística preparada para recibir a los viajeros. En lo más alto del acantilado se puede observar un moderno centro de visitantes para descubrir la información del lugar, tanto desde el punto de vista científico como histórico.
Si bien hay un servicio de buses que ofrecen trasladar a los turistas hacia la playa, los locales recomiendan descender caminando, para disfrutar mejor del paisaje. En el trayecto se puede disfrutar del contraste entre el color verde propio de la Isla Esmeralda y el negro del basalto. Todo el panorama está envuelto por la bruma característica de este lugar único.
Koekohe
Calificada por National Geographic como una de las más misteriosas de Nueva Zelanda, esta playa está situada entre Moeraki, un pequeño pueblo de pescadores, y Hampden, al lado de una reserva científica del país. Particularmente, la costa llama la atención de sus visitantes gracias a las enormes formaciones rocosas ovaladas que se concentran en las arenas blancas que, dada la similitud, se las conoce como huevos de dragón y son consideradas sagradas por los lugareños.
Estas rocas están esparcidas a lo largo de la orilla, ya sea aisladas o en conglomerados y algunas de ellas pueden llegar a alcanzar los 2,2 metros de diámetro y pesar hasta seis toneladas. Las mismas se formaron por las concentraciones cálcicas acumuladas hace millones de años y sus figuras agrietadas y redondas se deben a la erosión del viento, el agua y las precipitaciones, que las fueron modificando lentamente.